Una nueva etapa en la historia de la Iglesia Católica comenzó este jueves con la aparición de la fumata blanca desde la chimenea de la Capilla Sixtina: ya hay un nuevo Papa. El Vaticano se prepara para revelar en minutos la identidad del sucesor número 267 de San Pedro, quien asumirá como jefe supremo de la Iglesia Católica y líder espiritual de más de 1.300 millones de fieles en todo el mundo.
Luego de una jornada intensa de votaciones en el interior de la Capilla Sixtina, los cardenales electores alcanzaron el consenso necesario de dos tercios para designar al nuevo Pontífice. La elección se produce tras un cónclave que avanzó rápidamente en sus decisiones y que hoy, en su segunda jornada, concretó lo que la Iglesia esperaba: un líder que continúe el camino trazado por el Papa Francisco, elegido en 2013, quien renunció al pontificado por motivos de salud.
Tal como marca la tradición, el humo blanco fue la señal esperada por millones de creyentes en todo el planeta, y especialmente por los fieles congregados en la Plaza San Pedro bajo una jornada cargada de emoción. En estos momentos, las autoridades vaticanas ultiman los detalles del anuncio oficial y de la primera aparición pública del nuevo Papa en el balcón central de la Basílica de San Pedro, donde será presentado con la histórica frase: «Habemus Papam».
En las últimas ocho décadas, el número de votaciones necesarias para elegir a un Papa ha oscilado entre cuatro y once. Francisco fue elegido en la quinta ronda, mientras que sus predecesores, como Juan Pablo I y Benedicto XVI, necesitaron apenas cuatro. Este cónclave pareció seguir la misma dinámica ágil, marcando el segundo día como decisivo para el acuerdo entre cardenales.
