
La reciente muerte de Jorge Lanata, el 30 de diciembre, ha desatado una serie de preguntas sobre el destino de sus bienes. La controversia entre su última esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Bárbara y Lola, ha puesto en el centro de la atención la división de la herencia del periodista, cuyo futuro está determinado por el Código Civil y Comercial de la Nación.
Según expertos, la distribución de la herencia dependerá de varios factores, como la existencia de un testamento válido, la relación de parentesco de los herederos y los bienes que haya dejado Lanata. Si bien el periodista podría haber indicado en su testamento cómo repartir sus bienes, la ley establece límites para proteger a los herederos legítimos, como los hijos y el cónyuge.
En caso de que no exista testamento, la herencia se dividirá de acuerdo con la ley, favoreciendo generalmente a los descendientes y al cónyuge. Los hijos tienen derecho a dos tercios de la herencia, mientras que el cónyuge puede recibir la mitad. En este escenario, Lanata podría haber dispuesto solo un tercio de sus bienes de acuerdo a su voluntad.
El proceso sucesorio se iniciará ante un juez competente, donde se inventariarán los bienes y deudas del fallecido. Los herederos tienen derecho a conocer la distribución y, si consideran que es injusta, pueden impugnarla judicialmente.